El sistema educativo mexicano atiende a menos de uno por ciento de las personas superdotadas, cuyo potencial está desperdiciado o en la mayoría de los casos es difícil detectar a quien tiene aptitudes sobresalientes.
Cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) señalan que en 2003 se atendió a cuatro mil 893 individuos con aptitudes sobresalientes, cuando se calcula que la cifra era de aproximadamente 715 mil 920 niños y jóvenes.De acuerdo con la estadística 2.28 por ciento de la población en general pertenece al rango de "superdotados", y en 2003 el total de personas en el sistema educativo mexicano era de 31.4 millones, por lo que en México sólo se atiende a 0.6 por ciento de esa población y el resto, 99.4 por ciento, queda en el olvido. Ello, no obstante que la Ley General de Educación señala en su Artículo 41, la obligación de ofrecer atención especial a discapacitados y a aquellos estudiantes con aptitudes sobresaliente.
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